EXPLICACIONES ¿DE QUÉ?......

 

Juan Carlos muestra el sinbolo de la victoria a todos los españoles. " Yo puedo robar, vosotros no" parece decirnos a los decentes ciudadanos. La verguenza de un País en esta imagen.

Pue si, ya ha venido a España Juan Carlos I. Sin ningún tipo de pudor sino todo lo contrario, paseando primero por Sanxenxo y después por Zarzuela la desvergüenza y golfería que le representa.

No han faltado los cuatro fanáticos de la banderita que dan alas a un ser que se cree (y no sin falta de razón) por encima del resto, hasta por encima del bien y del mal.

Para los que tuviesen alguna duda en este viaje Juan Carlos ha dejado bien claro estar en la convención de que no ha de dar explicación alguna de ese dinero que tiene en paraísos fiscales ni pagar impuestos por el dinerito que tiene aquí (entre otras cosas) porque ha sido rey de España y porque lo que ha hecho por este País le exime de toda responsabilidad.

Es cierto que no está condenado por nada de estas cosas, pero no porque sea inocente sino porque gracias a la Constitución su figura es inviolable y porque algunos de estos delitos ya han prescrito, pero esto no es motivo para que deje de ser un DELICUENTE Y UN CHORIZO que pago parte de los impuestos porque le pillaron, sino nos hubiese robado aún más.

Ya hemos visto como se las gasta el emérito a la pregunta de los tímidos y cobardes periodistas que ante la primera pregunta comparándose con cualquier ciudadano que se encuentra con su hijo después de un tiempo, sin caer en el pequeño detalle de que seguramente que si alguno estuviésemos en su lugar se nos caería la cara de vergüenza ante un hijo al que se deduce que hemos de dar ejemplo ¡Dios nos asista si Felipe toma como ejemplo a su papá ¡

Y ante la pregunta de si va a dar explicaciones dando como respuesta “Explicaciones, ¿de qué?

Pues ahí lo tenéis, con toda su poca vergüenza, con toda su prepotencia nos dice “Yo no tengo que dar explicaciones de nada al pueblo porque yo he sido el rey, el que manda, el que es inviolable y no puede compararse con el resto de mortales.

¡Pobre infeliz delincuente que paseando una imagen lamentable decrepita e indigna se cree más que el resto, quizás para la justicia sí, pero se morirá como todos los mortales y los gusanos comerán cuerpo corrupto de rey emérito!