ASOMADA A LA GRIETA

  Pues así nos va…. Vergüenza ajena he sentido cuando hoy a Isabel Diaz Ayuso se le ha nombrado “alumna Ilustre” en la UCM. No han sido pocas las voces que se han alzado ante tal nombramiento como el de la alumna con mejor expediente del curso pasado o el de una Catedrática de CC de la Información que le recriminaba   al Rector su decisión sin contar con la Junta de la Facultad, además de las voces de estudiantes a las puertas de la facultad. Pero yo me pregunto ¿ Hay cosa más absurda que desde una Universidad Pública se le haga un reconocimiento a alguien que se está encargando de maltratar a la educación Publica y todos los servicios públicos en general? Pues no, la respuesta claramente es NO. Habrá que recordarle al Rector de la UCM los no pocos litigios que ha mantenido con la Comunidad de Madrid en otros años en los que también  ha estado esta Comunidad Gobernada por el PP. Quizás al señor Rector le agrade dar reconocimiento de alguien que en la Facultad habla de “libe

  MUJERES ¡ay mujeres! ¿Qué queréis que os diga?... Cuando las mujeres se den cuenta de que la IGUALDAD y en consecuencia nuestros derechos; el de las mujeres, siempre están un pasito adelante y ese mismo pasito para atrás está en función del Gobierno de turno y es más que la hipocresía de la derecha la cual se niega a todo avance de derechos de la mujer y contrariamente a esto las mujeres de derechas se benefician de ellos. Que las mujeres somos en muchas ocasiones moneda de cambio y que hay una parte de la sociedad de ideología de derechas que se niega a que las mujeres y los hombres seamos iguales en derechos, que las mujeres no necesitamos estar tuteladas por los hombres y mucho menos que nos digan que hemos de hacer y pensar para nuestro bien, para la sociedad y hasta para la religión. Que cada vez que avanzamos; siempre con esfuerzo, en el avance de derechos, aparece la derecha y la ultraderecha para decir que cuando ellos tengan poder de decisión en el gobierno este derecho

  A lo largo de la vida somos muy conscientes de todas esas otras personas, animales o cosas que con el tiempo hemos perdido. Con la aceptación; que no con el tiempo, vamos conformándonos con dichas perdidas y alojarlas en el rincón del recuerdo en nuestra memoria. Cada persona, animal o cosa que desaparece de nuestro día a día supone también la perdida de esas palabras que describen lo perdido. Palabras que no volveremos a pronunciar de la misma manera y que cuando lo hagamos será para hacer referencia a ellas en otro tiempo, en pasado. Mamá, papá, quizás sean las que más pesan dentro de mí, hace tanto tiempo que no las pronuncio que ni siquiera las pienso cuando hablo con ellos desde el recuerdo. Y es que ni siquiera pronunciar la misma palabra significa lo mismo dependiendo a quien se las digas, amor, cariño, te quiero… Es como si esos sentimientos tuviesen nombre y apellidos cada vez que las pronunciamos tuviesen otro significado al ir dirigidas a otra persona. El amo