LEJOS DEL RUIDO
Un día de otoño como el de hoy.
Donde las nubes juguetean convirtiéndose
en distintas figuras, creadas en nuestra imaginación.
Las hojas de los arboles que caen
en una bonita danza y los que las mantienen amarillas y marrones con su tronco marrón
oscuro casi negro. Es espectacular, es llenar los ojos de belleza, una belleza
permanente cuando los cierras y piensas en ello.
El sol cuando asoma y se refleja
en aquellas hojas que aun permanecen verdes con distinto color en el derecho y
en el revés, emiten un brillo que parece como si fuese un árbol de CDS flotando
y deslumbrando con sus brillos.
Lo observo y noto como una paz de
espíritu que me hace feliz. Me siento en un banco frente a tanta belleza y que
todo el ruido que hay a mi alrededor deje de atronar mis oídos y mi cabeza.
Dejo fuera de mi el odio, la hipocresía,
el poder, la mentira, la violencia física y verbal, los dejo fuera de mi porque
aquí no tienen cavidad, en mi mundo en este instante solo quiero disfrutar de
esta serenidad, luego volveré a la triste realidad, donde parece que este País
se hiciera cada vez más estrecho y no hubiese sitio para todos y donde a mi a
menudo me cuesta respirar.
¿Me estarán expulsando?
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